Cacao Criollo Candelario* 1010 msnm Guanare |
Henri Pittier fue un visionario,
creador del primer parque nacional de Venezuela y con su invalorable aporte al
estudio de las plantas en nuestro país es sin duda un personaje destacado en
nuestra historia. Tuvo preocupación por la pérdida de la biodiversidad. En el Manual
de las Plantas usuales de Venezuela (Pittier 1926) señalaba la amenaza que se
cernía sobre los cacaotales de Venezuela relacionado con la perdida de la
diversidad, al introducir variedades como el forastero y trinitario en
detrimento de las variedades criollas. Dejemos que sea el mismo Pittier quien
nos informe: “En lo referente al cacao, quisiéramos insistir otra vez aquí: en la
distinción importante que existe entre las dos especies comerciales,
correspondientes al Theobroma cacao y el Th. leiocarpa. El primero, el famoso criollo del cual Venezuela posee todavía una de las mejores
variedades, es el verdadero alimento de
los dioses, y se deberían hacer todos los esfuerzos posibles para su conservación en el estado de pureza. No hay tal vez otra planta de cultivo que se cruce e hibridice con mayor facilidad que las dos especies de
cacao, y la presencia de una sola mata de trinitario en una plantación de
criollo es suficiente para desmejorar
todo su producto. ·Es un error craso el creer que, traído de oriente a
occidente, aquel se mejora paulatínamente y llega a equiparase con el último.
Lo mismo que la siembra de algunas matas de trinitario (o calabacillo) entre el
criollo perjudica a éste, el proceso contrario esto es, la introducción de pies
de criollo en un plantío de trinitario, mejora la producción de éste. No es pues, sino ventajoso llevar semillas de
Caruao, o de Maracaibo, para sembrarlas en los cacaotales de Cumaná o de
Barlovento, pero el procedimiento
inverso obra en perjuicio de la fama del cacao conocido comercialmente
como Caracas”.
Como comentario final,
podemos señalar que el cacao criollo ancestral de Venezuela reconocido a nivel
mundial por su excelente calidad, se encuentra, desde hace décadas, en un proceso de extinción ante la presencia
de los cacaos trinitarios y forasteros, y ahora, en pleno siglo XXI con la
introducción a Venezuela del cacao CCN-51,
de origen ecuatoriano, de relativa mayor producción pero con menos calidad, se constituyen en amenaza de las exquisitas
características de los cacaos finos de aroma del país.
* En proceso de caracterización